Oscar Macchioni: “No escucho música clásica cuando quiero relajarme”

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El pianista, radicado hace 20 años en Texas, dio clases en en Instituto Superior de Música de la UNT. “Es impagable prender la luz en la cabeza de alguien”

Se mueve con comodidad en ese edificio que lo albergó durante años, cuando era apenas “una casa vieja transformada en escuela”, y él, “un joven con pelo”. Oscar Macchioni recorre el Instituto Superior de Música de la UNT (Ismunt) -del cual ha egresado- con la misma familiaridad con la que cada invierno vuelve a su Tafí Viejo natal, tras casi dos décadas de vivir en EEUU, y el mismo regocijo con el que abre los tamales tucumanos. Pero en el pianista también se vislumbra sorpresa y conformidad con los cambios que, año a año, dice ver en la institución. “Cuando me recibí, no teníamos este auditorio hermoso -enuncia y señala el salón en el que está sentado-. Además hay aulas y un laboratorio de piano. El progreso es muy grande; a lo mejor no sea el ideal o lo que uno quiere, pero los avances se ven. Hace 20 años que salí de acá y los veo”.

Ocurre que Macchioni siempre está volviendo. A principios de agosto, precisamente en el Ismunt, interactuó con pianistas locales a los que dio una clase magistral y un curso de metodología de enseñanza del piano grupal. “Esto último es algo muy específico, que en Argentina casi no se conoce. Di un panorama general de lo que hago en la Universidad de Texas, donde tengo un laboratorio de piano muy bien equipado. Y después pasamos al laboratorio que acaba de comprar el Ismunt, que cuenta con seis teclados electrónicos, para la parte práctica”.

- ¿Qué le aporta la docencia?

- Todo. Me siento muy satisfecho con mi vida cuando veo que he enseñado, que los alumnos se llevan algo de lo que les impartí y que cambian, siempre para mejor. Es una satisfacción muy grande.

- ¿Lo disfruta más que dar conciertos?

- Es muy distinto. Es difícil balancear las dos cosas, pero me gustan ambas. (Piensa) Aunque es la docencia la que me da más satisfacciones: el contacto constante con los alumnos, ver que uno ha prendido la luz dentro de la cabeza de alguien. Eso es impagable.

- Ha recorrido muchos países y escenarios prestigiosos, ¿cómo se traduce eso en emociones?

- La parte más emocionante es cuando me invitan a tocar en algún lado, el momento inicial en el que me contactan y dicen “¿quiere venir a tocar?”. Eso me hace sentir bien: que alguien esté pendiente de mi carrera como para invitarme a algo importante. Pero no me quedo en el limbo, orgulloso de mí mismo. Inmediatamente eso baja y tengo que sentarme a estudiar, volver a la realidad (risas). No me siento igual tocando en EEUU que en otro país. Se siente distinto. No sólo porque es nuevo todo el ambiente, sino porque a lo mejor puedo comunicar algo a lo que el público no está acostumbrado. Porque en mi repertorio mezclo muchas cosas: no sólo música tradicional sino también latinoamericana, con lo que siento que aporto algo con lo que no muchos están familiarizados.

- ¿Qué música escucha fuera del repertorio clásico?

- Trabajo todo el día con música clásica, entonces cuando quiero relajarme no escucho eso porque, desgraciadamente, los músicos clásicos estamos acostumbrados a escuchar con atención. Me gusta mucho el jazz, pero también todo tipo de música: bossa nova, brasileña, argentina, folclore, tango y rock nacional de los 80.

Fuente: http://www.lagaceta.com.ar/nota/606016/espectaculos/oscar-macchioni-no-escucho-musica-clasica-cuando-quiero-relajarme.html

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