José García, vicerrector y coordinador del Comité Ejecutivo de la Reforma tuvo a su cargo la presentación de la última jornada del ciclo de conferencias que, en esta oportunidad, se llevó a cabo en el anfiteatro de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNT.
La rectora Alicia Bardón presidió el acto acompañada de miembros de su gabinete y decanos de las distintas facultades de la UNT y entregó un recordatorio al licenciado Gastón Burlot, de la Universidad Nacional de Cuyo, por su participación como expositor invitado al ciclo de conferencias para la Reforma de la UNT.
A continuación el discurso del vicerrector José García:
“Agradezco la presencia de todos ustedes en esta serie de encuentros para conocer y nutrirnos de experiencias reformistas en otras Universidades Nacionales.
Con la conferencia de hoy a cargo del Licenciado Burlot, se cierra el ciclo de audiencias públicas dispuesto por el Honorable Consejo Superior que contó previamente con las disertaciones del rector de la Universidad de Rosario, Licenciado Darío Maiorana, del secretario de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Ingeniero Manuel González, de la doctora Marisa Velasco ex prosecretaria general de la Universidad Nacional de Córdoba.
Este ciclo nos sirvió para reconocer la necesidad de construir un amplio consenso sobre los cambios que debiera tener nuestro Estatuto a partir del intercambio de ideas y del diálogo plural entre todos los componentes de la comunidad universitaria.
Estamos convencidos que este esfuerzo ayudará a prepararnos mejor para el gran debate reformista que se dará a partir del 30 de octubre próximo con la apertura de sesiones de la Asamblea Universitaria, momento histórico y punto de inflexión en nuestra vida institucional.
A 100 años del acto fundacional de Juan B. Terán, los cambios sustanciales del contexto le imponen a la UNT un reto adaptativo como institución pública de Educación Superior: cambiar el modelo y la cultura organizacional para continuar siendo productora y transmisora de conocimiento a través de la formación de profesionales de excelencia al servicio del desarrollo del país y la sociedad que la sostiene.
Este cambio supone dejar atrás las concepciones mecanicistas que ahogan el pensamiento, la innovación y la creatividad. Esta evolución implica dejar atrás la lógica de la escasez, los voluntarismos y las prácticas burocráticas para avanzar hacia una Universidad inclusiva, integrada y cohesionada en la diversidad, basada en el trabajo en red de sus integrantes bajo los valores de cooperación y solidaridad.
Este proceso implica involucrarse y participar para mejorar la calidad de la democracia universitaria y la de sus órganos de gobierno.
Esta reforma desafía permanentemente la inercia de lo ya conocido y conlleva un grado de coraje para enfrentar a las fuerzas que se resisten desde la miopía de sus intereses creados.
Tenemos por delante una experiencia inédita que nos impone una gran responsabilidad como representantes de la Educación Superior y que nos interpela como ciudadanos libres, responsables y democráticos.
Aspiramos a que la reforma estatutaria que emprendemos nos ayude a definir una visión y una misión que afiance definitivamente la excelencia, la rigurosidad profesional y la inclusión educativa. Pero sobre todo que consolide a la Educación Superior como bien público, como derecho social y como compromiso ineludible del Estado.
Muchas Gracias”.