Sampietro y Monné tras los restos de Lorca-Gentileza diario La Nación

Una arqueóloga de la UNT se encuentra en España en búsqueda de los restos de García Lorca

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María Marta Sampietro Vattuone, junto con un equipo multidisciplinario, efectúa excavaciones cerca de Granada. El secuestro y la ejecución del poeta dieron lugar a innumerables teorías.

Un equipo interdisciplinario de 18 personas de todos los rincones de España lleva a cabo la compleja tarea de encontrar los restos del poeta y dramaturgo Federico García Lorca. Entre los investigadores, la directora del Laboratorio de Geoarqueología de la UNT, María Marta Sampietro Vattuone, participa de la búsqueda del cuerpo fusilado en un campo del pueblo de Alfacar, a 10 kilómetros de Granada.

Su secuestro en la cúspide de su carrera (el 18 de agosto de 1936) y su ejecución dieron lugar a innumerables teorías. Una sostiene que su padre y sus hermanos lograron dar con el cuerpo, hoy enterrado en su casa de veraneo, en la Huerta de San Vicente, en Granada; otra argumenta que Enrique Amorim, amante de Lorca, pudo llevar sus restos a Salto, Uruguay.

Por tal motivo, el historiador Miguel Caballero y el licenciado en Letras Javier Navarro Chueca llevan adelante la hipótesis que sostiene que algunos miembros de la familia Lorca estarían implicados en su muerte. La investigación se focaliza en determinar que el crecimiento económico del padre de Lorca, Federico García Rodríguez, se habría producido en detrimento de una rama de su propia familia, quienes como represalia ejecutan a su hijo más preciado. Navarro Chueca, quien condujo más de 150 intervenciones arqueológicas, expresa un gran optimismo con este proyecto que aguarda obtener su subvención y que cuida que no sea utilizado como herramienta política.

Para llevar adelante este trabajo, Caballero y Navarro se pusieron en contacto con dos expertos en reconstrucción del paisaje a fines de 2014: María Marta Sampietro Vattuone, doctora en Arqueología, profesora de la Universidad Nacional de Tucumán e investigadora del Conicet, y José Luis Peña Monné, catedrático emérito de Geografía Física de la Universidad de Zaragoza. Tanto Sampietro como Monné, luego de realizar estudios cartográficos con diversas fuentes documentales, propusieron una nueva zona de excavación. Los expertos viajaron a Granada y en la zona del Peñón del Colorado, entre los pueblos de Alfacar y Viznar, efectuaron un trabajo exhaustivo en el terreno para confirmar los datos de la investigación. “Existían fuentes orales de personas que habían estado relacionadas con el hecho y teníamos además una serie de pequeños indicios geográficos. El lugar ha sido muy cambiado en los últimos 80 años. Buscamos también todas las fuentes gráficas documentales del área y, a partir de ellas, pudimos hacer una reconstrucción evolutiva del paisaje acompañada de un modelo en 3D. Encontramos referencias bien claras de ese momento y las cruzamos con otras posteriores. Hoy sabemos en qué lugar es más probable que estén localizados esos cuerpos”, dijo Sampietro Vattuone.

Peña Monné delimitó junto con la arqueóloga una superficie de 10 por 30 metros. “Precisamos dónde estaba el campo de instrucción y el camino por donde se accedía a éste, muy cerca de donde las fuentes documentales situaban las fosas. Localizamos unos puntos fijos para delimitar la zona, trabajando con GPS de precisión, haciendo fotografías seriadas y relacionándolas con la topografía actual y pasada. Pudimos tener una idea muy clara de cuál era la distribución espacial cuando ocurrieron las ejecuciones”, comentó el catedrático español.

Un cuadro del pintor granadino Manuel Maldonado realizado después de la muerte de Lorca sirvió de guía para la investigación. El artista se inspiró en aquel paisaje y, a partir de aquellos elementos del lienzo (una falla, una ladera, un olivar, etc.), Sampietro Vattuone y Peña Monné pudieron complementar los indicios previos.

En 1989 el alcalde de Alfacar quiso construir un campo de fútbol donde estarían las fosas y ordenó rellenar esa zona con tierra de la ladera. Hay entre 2 y 5 metros de material que debe ser removido para poder luego llegar al nivel que tenía el terreno en 1936. Una vez alcanzada esa superficie comenzarán las excavaciones y allí será crucial el rol de los arqueólogos y antropólogos para que, de modo inmediato, en caso de que aparezcan restos animales, apartarlos de la investigación. También se utilizará el georradar (se convocó a uno de los mayores expertos del mundo, Francisco García García, catedrático de Geofísica de la Universidad de Valencia), una tecnología que puede detectar modificaciones del terreno y otras estructuras.

Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1781791-la-muerte-del-poeta-nuevas-hipotesis-tras-los-restos-de-garcia-lorca

 

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