acto marigliano

“Hay que dedicarse con alma y vida a la Universidad, sino no se puede ser un buen rector”

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De esta manera el ex rector Mario Marigliano definió su paso por la Casa Juan B. Terán que duró dos mandatos consecutivos. El viernes se colocó su retrato en la Galería de Rectores de la Sala de Consejo Superior.

 

 

El contador, Mario Marigliano, vivió un momento emotivo cuando el viernes ingresó al edificio desde donde rigió los destinos de la Universidad Nacional de Tucumán por dos períodos consecutivos, desde 1998 hasta 2006. El ex rector fue homenajeado por las actuales autoridades y un cuadro con su imagen fue colocado junto a otros conductores de la Casa Juan B Terán, en la sala de Consejo Superior.

La ceremonia estuvo presidida por la rectora, Alicia Bardón y el vicerrector, José García. También participaron los ex rectores César Catalán y Juan Cerisola; decanos y ex decanos de facultades; los secretarios del gabinete de la rectora, los familiares de Marigliano y otros miembros de la comunidad académica.

 

El ex rector pidió a uno de sus hijos que leyera lo que había escrito para el público y en la ocasión agradeció a la rectora por el homenaje; a su familia por el acompañamiento y a los ex funcionarios por el apoyo. Señaló que “como rector uno se dedica todo el día a la Universidad, abandona a la familia y deja de lado el resto, como ocurre con la actividad política cuando uno trabaja en serio. A la Universidad hay que dedicarse con alma y vida, sino no se pude ser un buen rector”, resumió.

 

Marigliano señaló que “es un reconocimiento no a mi sino al equipo que me acompañó, puesto que era un equipo muy sólido en lo académico y político”. Destacó los logros conseguidos en su gestión como la creación del Instituto Técnico de Aguilares y el paso de la Escuela de Educación Física a Facultad. Además en el plano cultural resaltó la incorporación del Julio Cultural Universitario y el Mega Concierto de Navidad, que hoy forman parte de la agenda universitaria. Por último, destacó el acompañamiento y la importante tarea académica desempeñada por el entonces vicerrector, Carlos Fernández (fallecido en 2008), que lo secundó en sus dos mandatos.

 

 

Por su parte, la rectora comentó “hoy homenajeamos a quien fue elegido democráticamente dos veces. Es un hombre que quiere a la Universidad de Tucumán y los que queremos a la Universidad tenemos las 24 horas del día nuestra cabeza puesta en sus problemas y soluciones, porque nos preocupamos permanentemente “, puntualizó.

 

 

Finalmente, la secretaria Académica de Marigliano, Clotilde Yapur, que tuvo a cargo la semblanza del ex rector, cerró su alocución con una frase del escritor Eduardo Galeano. “Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores… Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende”. Yapur concluyó que Marigliano puso mucha pasión en la gestión universitaria y que le dio brillo a través de acciones concretas que mejoraron la Casa de Altos Estudios.

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